El embarazo es una de las etapas más especiales en la vida de una mujer. Sin embargo, también implica transformaciones físicas profundas. Muchas madres, tras dar a luz y finalizar la lactancia, notan cambios en su cuerpo con los que no se sienten cómodas: abdomen flácido, pérdida de volumen en los senos, acumulación de grasa localizada o alteraciones en algunas zonas de su cuerpo. Aunque una buena alimentación y el ejercicio ayudan, en muchos casos no son suficientes.


